
La inteligencia consiste en un complejo tránsito entre in-formación y trans-formación de signos. En la frontera entre interior (in) y exterior (trans), situándose entre una acumulación de datos y una invención a partir de ese bagaje previo, actúa la inteligencia. Por un lado, se apoya en la sabiduría, pero por otro lado la quiebra, y se potencia mediante la imaginación. Una inteligencia periférica se encuentra atenta tanto a los centros del saber (tradición, normalización, erudición), como a los bordes (liberación, ramificación, suavización), y trata de develar las fuerzas originales de los márgenes donde se desborda la imaginación. Allende una normalización analítica de la filosofía, realizada a lo largo del siglo XX, especialmente atenta a consideraciones lingüísticas, es interesante explorar entonces una resistencia sintética a una tal normalización, donde algunos bordes del pensamiento y algunas prácticas reales de la ciencia y del arte otorgan nuevas perspectivas para el entendimiento.
Hacia una resistencia sintética en filosofía matemática